viernes, junio 03, 2005

Utilitario

Hace unos días que vengo repasando mi vida como si la tuviera que rendir en examen en cualquier momento.

No toda, partes diferentes que se presentan a ser estudiadas en detalle.

En definitiva, es como mirarme desde lejos, sin mayor exigencia que la de someterme a mi propia subjetividad ni más contemplaciones de las de quien sabe que, a esta altura de los acontecimientos, sólo queda mirar lo ocurrido sin que pueda ser modificado.

En un momento, traté de encontrar al verdadero yo, al más puro, al que hubiera sido de no haber estado sometido a un montón de conjuntos alrededor. Y se me puso difícil.

Es que he sido, en muchas cosas, utilitario al entorno. Hubiera dicho sometido, pero de esa forma estaría intentando derivar culpas hacia fuera y, como dije, no intento ser contemplativo.

De chico quería ser Veterinario y eso empecé ni bien terminé el colegio secundario. Hoy pienso que tan sólo quise ser consecuente con mi idea de siempre, pero no tenía ninguna gana de hacerlo. Será por eso que en pocos meses había abandonado.

Al año siguiente arranqué con Análisis de Sistemas, allí estaba mi amigo de siempre, el mismo que había naufragado en Veterinaria poco después que yo, y ese era un buen motivo. Duré un año y medio, hasta que un laburo de vendedor (esos que te toman el cerebro con pajita y te hacen pensar que te vas a llenar de plata cuando no ganás ni para puchos) me hizo abandonar.

Poco después, mientras trabajaba en el área de Comercio Exterior de un banco, supuse que la Licenciatura en Comercio Internacional era una buena carrera para pensar en futuro. Será que a medida que uno crece se hace más duro o porfiado porque cuando abandoné (faltándome tan solo seis materias) ya habían pasado tres años de mi retiro voluntario del banco

En esa época yo trabajaba en una Obra Social y entonces la flamante Licenciatura en Administración de Servicios de Salud era una buena cosa para encarar. Yo no sé si esa la terminé porque no se me ocurrió una alternativa de cambio, porque (lamentablemente) no cambié de trabajo o porque sí (tan sencillamente).

No me cuestiono tantas cosas empezadas y abandonadas, ni los constantes cambios de laburo (faltan mencionar muchos) que me hicieron algo así como un buscavidas. Lo que me jode en este momento es no poder descubrir, detrás de tantas capas de utilitarismo al verdadero yo, a ese que hubiera hecho quién sabe qué cosa si hubiese elegido sólo por gusto.

Mientras sigo repasando mi vida, me parece que las fechas de los exámenes ya han pasado y creo que la voy a tener que recursar.