viernes, noviembre 04, 2005

Ayer y hoy

Mientras la veía bajar por la escalera del salón con su vestido blanco de adultez, empecé a estremecerme de nostalgia; ella daba pasos lentos para evitar que sus tacos altos la hicieran caer y abría los ojos como intentando atrapar todo lo que había debajo. Soñaba con un mañana, como decía la canción que la acompañaba y al mismo tiempo miraba el ayer.

A la misma velocidad que su descender, mis ojos se iban humedeciendo. Al principio pude disimularlo tocando con mis dedos los lagrimales, pero una fracción de segundo más tarde, eso ya no servía. Cuando llegó hasta mí, la abracé tan fuerte que parecía que no la iba a dejar escapar y no me fijé, pero debo haberle mojado un poco el vestido mientras le susurraba mi cariño al oído.

Nunca había ocupado el sitial de hermana preferida, pero en ese instante, a la vejez viruela, se llevó toda mi atención. En realidad, la historia había comenzado unos meses antes cuando de golpe y porrazo su cuerpo empezó a estar habitado por una nueva pequeña personita, pero eso formará parte de algún otro relato. Lo cierto es que esa noche todos nos hicimos un poco más viejos y más unidos, lo cual no es poco para una familia que siempre supo lo que era compartir.

A partir de ese momento nuestras historias comenzaron a correr juntas, su matrimonio precedió por poco al mío, sus dos hijos Camila y Juan Pablo se escalonaron con las mías y las vidas se entrelazaron como dedos apretados deseando suerte. No era para menos, su concepción de familia grande la llevó a que nunca se fuera del todo, a que su nueva historia resultara una continuación perfecta y ampliada de su vida vieja.

A pesar de eso, hubo un día en que sin creérselo mucho me dijo que la crisis económica los iba a empujar hacia otro continente y que la decisión estaba tomada. No le creí y finalmente no ocurrió, pero imaginarlos a todos ellos lejos me provocaba una fuerte sensación de tristeza.

Hoy siguen aquí y ya no piensan en irse; y ella festeja su cumpleaños número treinta y cuatro, juntos, como espero que siempre sea. Mi hermana Paula.