¿Por qué no?
Si a mí, de vez en cuando, me dan ganas de esperar a que el helado se derrita un poco para batirlo con la cucharita mezclando todos los gustos hasta que quede una crema fría...
Y cuando entro a una juguetería, me pasa igual que a Cris, la recorro de punta a punta y en cada estante descubro una sonrisa nueva, un brillo inocente de ojos y las ganas de jugar...
Si me encanta ir al cine a ver las nuevas pelis de chicos, pero también me fascina descubrir en locales antiguos que todavía se puede comprar (aunque salga caro) Petete y Trapito o Ico, el Caballito Valiente, sigo siendo fanático de Larguirucho y aunque ahora esté de moda Barney todavía me acuerdo de Margarito Tereré...
Si cuando mis nenas saltan en inflables o recorren laberintos a mí me parecee injusto estar sentado en una mesa, tomando café y no dejo de pensar en aquel globo o caminata lunar en donde me divertía...
Si todavía me acuerdo de la Colonia Pibes que era un regalo infaltable en los cumpleaños y me gustaría bañarme con el jaboncito del futbolista...
Si no veo la hora de que crezcan un pelín más para que podamos entrar a todos los juegos mecánicos del Parque de la Costa, y disfrutar juntos igual que cuando me subía al Super Ocho volante del Italpark...
Si cuando tenían menos de tres años compré una pista de autitos sabiendo que ellas no la podían usar...pero yo sí :D
Si cada vez que descubrimos un árbol al que podamos trepar, yo me subo a la rama más alta y canchereo...
Si me gustan las canciones infantiles, las sé y las canto a la par de ellas y, en su momento me aprendí todas las coreografías de Piñón Fijo (no sólo el chu chu uá)...
Si me molesta que me interrumpan cuando les estoy leyendo un cuento infantil, ¡yo también quiero saber qué pasa después!...
Si, en definitiva, sentirme chico, es un mimo que no me cuesta nada hacerme y lo disfruto y me hace feliz todo el tiempo que esa figuración dure...
¿Por qué no he de celebrar éste Día del Niño, como un agasajado más (y deseárselos a todos los que comparten un poco de éstas Migajas)?
Y cuando entro a una juguetería, me pasa igual que a Cris, la recorro de punta a punta y en cada estante descubro una sonrisa nueva, un brillo inocente de ojos y las ganas de jugar...
Si me encanta ir al cine a ver las nuevas pelis de chicos, pero también me fascina descubrir en locales antiguos que todavía se puede comprar (aunque salga caro) Petete y Trapito o Ico, el Caballito Valiente, sigo siendo fanático de Larguirucho y aunque ahora esté de moda Barney todavía me acuerdo de Margarito Tereré...
Si cuando mis nenas saltan en inflables o recorren laberintos a mí me parecee injusto estar sentado en una mesa, tomando café y no dejo de pensar en aquel globo o caminata lunar en donde me divertía...
Si todavía me acuerdo de la Colonia Pibes que era un regalo infaltable en los cumpleaños y me gustaría bañarme con el jaboncito del futbolista...
Si no veo la hora de que crezcan un pelín más para que podamos entrar a todos los juegos mecánicos del Parque de la Costa, y disfrutar juntos igual que cuando me subía al Super Ocho volante del Italpark...
Si cuando tenían menos de tres años compré una pista de autitos sabiendo que ellas no la podían usar...pero yo sí :D
Si cada vez que descubrimos un árbol al que podamos trepar, yo me subo a la rama más alta y canchereo...
Si me gustan las canciones infantiles, las sé y las canto a la par de ellas y, en su momento me aprendí todas las coreografías de Piñón Fijo (no sólo el chu chu uá)...
Si me molesta que me interrumpan cuando les estoy leyendo un cuento infantil, ¡yo también quiero saber qué pasa después!...
Si, en definitiva, sentirme chico, es un mimo que no me cuesta nada hacerme y lo disfruto y me hace feliz todo el tiempo que esa figuración dure...
¿Por qué no he de celebrar éste Día del Niño, como un agasajado más (y deseárselos a todos los que comparten un poco de éstas Migajas)?
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