Aquel día
Ya era el mediodía cuando viajaba hacia mi departamento con un sueño que debía ser pesado porque hacía más de un día que no dormía, pero no lo era, había otras cosas más importantes que me daban vuelta por la cabeza.
Cuando finalmente llegué, después de caminar los últimos pasos con ese andar inconsciente, poco preciso, que tienen los dormidos, pensé que no me iba a despertar hasta el día siguiente, sin embargo empecé a dar vueltas en la cama con una extraña molestia en mi estómago. Somnolencias permanentes y visitas cortas a Morfeo me tuvieron toda la tarde sin poder descansar bien.
Ese día tan largo había empezado a la salida del trabajo la noche anterior, o antes, pero lo importante, lo que vale la pena recordar, comenzaba allí. Esa noche tuvo tanto mate y tanta charla como no recuerdo que haya vuelto a ocurrir; cuando la mañana nos encontró igual de lejanos uno del otro sentados en los mismos sillones en que la comenzamos, yo no me había dado cuenta de que las horas avanzaban, ni siquiera de que existiera el tiempo.
La tarde se estaba por hacer noche cuando me di por vencido en mis intenciones de conciliar el sueño y recién entonces comencé a darme cuenta qué era lo que me estaba pasando. Llamé a una amiga y le dije que si todas mis acostumbradas seguridades habían desaparecido por completo, la única certeza era que estaba enamorado.
Hace poco más de diez años de aquello, dos semanas después de ese encuentro las palabras empezaron a decirse con besos y un mes más tarde mientras ELLA cumplía años en un día como el de hoy, un ramo de flores llegaba a sus manos con los nombres de los hijos que unos años después tendríamos.
Cuando finalmente llegué, después de caminar los últimos pasos con ese andar inconsciente, poco preciso, que tienen los dormidos, pensé que no me iba a despertar hasta el día siguiente, sin embargo empecé a dar vueltas en la cama con una extraña molestia en mi estómago. Somnolencias permanentes y visitas cortas a Morfeo me tuvieron toda la tarde sin poder descansar bien.
Ese día tan largo había empezado a la salida del trabajo la noche anterior, o antes, pero lo importante, lo que vale la pena recordar, comenzaba allí. Esa noche tuvo tanto mate y tanta charla como no recuerdo que haya vuelto a ocurrir; cuando la mañana nos encontró igual de lejanos uno del otro sentados en los mismos sillones en que la comenzamos, yo no me había dado cuenta de que las horas avanzaban, ni siquiera de que existiera el tiempo.
La tarde se estaba por hacer noche cuando me di por vencido en mis intenciones de conciliar el sueño y recién entonces comencé a darme cuenta qué era lo que me estaba pasando. Llamé a una amiga y le dije que si todas mis acostumbradas seguridades habían desaparecido por completo, la única certeza era que estaba enamorado.
Hace poco más de diez años de aquello, dos semanas después de ese encuentro las palabras empezaron a decirse con besos y un mes más tarde mientras ELLA cumplía años en un día como el de hoy, un ramo de flores llegaba a sus manos con los nombres de los hijos que unos años después tendríamos.
Pero fue aquella tarde cuando supe que había encontrado a la mujer de mi vida, la misma que hoy está al lado mío. Feliz Cumple, Mi Amor.
5 Comments:
La tecnología ha llegado a puntos insospechados, ahora hasta el Spam te alaba!!
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Pues felicidades a los dos desde aquí, y sin promesas de refinanciamiento...
y es que ante tus palabras nadie puede evitar decir.
Gracias Orugo!, esperemos que nos dé para pagar las cuotas entonces :)
Jajaja Sol, no será medio exagerado eso :)
Besos.
Salú.
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